Yordan Fernández no es el único caso
Sigue la investigación por caso de joven que desapareció en 1997. También hay otros.
La desaparición del joven Yordan Fernández, en diciembre de 1997 en La Unión, es un caso que se ha mantenido en la agenda pública gracias al tesón de su familia y a las diligencias de jueces y policías, que no dejan de investigar.
El escolar tenía sólo 15 años cuando se perdió su rastro. Asistía al internado, salió de su casa un domingo y no regresó el viernes, como era lo habitual; en una época sin celulares, sus padres sólo pudieron notar su falta una semana después y comenzaron a buscarlo, sin descanso. Su progenitor, Ruperto Fernández, murió la semana pasada en Chiloé, sin una respuesta.
Tras el fallecimiento del padre, desde el tribunal unionino confirmaron que la causa sigue abierta y que todavía hay pericias relacionadas con la exhumación de osamentas realizadas en el cementerio municipal de la capital del Ranco, tras una pista anónima entregada a los familiares. No se conocen los resultados oficiales de ese peritaje aún.
Esta causa es una de las emblemáticas que hay en Los Ríos y, lamentablemente, no la única. Varios nombres integran una lista de personas cuyo paradero se pierde sin datos claros en los últimos años. Es lo que pasa con Roger Lampert (27 años), estudiante de Licenciatura en Ciencias de la Universidad Austral, quien se perdió el 6 de junio de 2022, tras salir de su casa sin documentos ni celular, señalando que se reuniría con un profesor. También sucede con Omar Avilés (35 años) quien fue a la Isla del Rey en septiembre de 2022, a casa de unos amigos, a quienes dijo que volvería a Valdivia, pero nunca llegó a su casa en Las Ánimas. Se hallaron ropas y una señal de auxilio, pero ningún rastro de él.
El caso más reciente es el del joven Mario Cárdenas Herrera (22) quien escapó desde el Hospital Base cuando era atendido por una descompensación de salud mental. Fue visto el 23 de abril saltando un cerco en un fundo del sector Angachilla y esta semana se realizó un operativo de búsqueda en el área, sin resultados positivos.
Todos estos hechos implican un gran sufrimiento para las familias. Por lo mismo, es importante que las diligencias continúen y que se utilicen los mecanismos que puede aportar la Ley 21.500 de búsqueda unificada, recientemente tramitada en el Congreso.