Yanko González contra el sistema en un libro que le tomó más de una década
PUBLICACIÓN. Escritor presenta "Torpedos", una obra de poesía objetual y documental que nació del fastidio frente al deber de retener burocráticamente ciertas instrucciones para ser alguien en la vida.
Yanko González, escribe: "En la sala de al lado el profesor lleva una hora hablando de la tradición, la familia y la llama de la libertad. Cómo olvidar la sala de al lado ¿o era un establo? la palabra se dormía mientras el mundo despertaba. Una vez estuve a punto de mugir aun siendo pájaro. Cómo olvidar la sala de al lado ¿o era una morgue? el oído sabe ver sombras".
El texto sobre una situación de aula, neuronalmente adormecedora, está en "Torpedos" (Ediciones Kultrún), un libro de poesía objetual y documental que nació de la molestia del autor frente al deber de retener burocráticamente ciertas instrucciones para ser alguien en la vida.
La publicación fue lanzada recientemente en un formato de libro de artista con poemas escritos en aquellos pequeños trozos de papel llamados popularmente torpedos, ocultos en diversos objetos al interior del volumen. El mismo centenar de poemas está en un formato textual, en un libro menor, de formato tradicional, que además considera fotografías de objetos personales del escritor. La presentación pública fue con una exposición de todas las piezas textuales y objetuales del libro, en dependencias UACh.
Procesos
Parte del contenido de la obra final tuvo unas primeras lecturas en el 46° Festival Internacional de Poesía de Rotterdam. Mucho tiempo después, logró concretarse con respaldo del Fondo del Libro del Ministerio de las Culturas. Ahora se puede encontrar en Los Libros del Gato Caulle en Valdivia y la Librería Metales Pesados, en Santiago.
"El libro está basado en bitácoras etnográficas que, ocupando como metáfora los apuntes abreviados, miniaturizados y escondidos por los estudiantes, problematiza la obligatoriedad de adquirir ciertos conocimientos para ser 'alguien en la vida'. Para ello, la obra no sólo aborda la simulación del aprendizaje a través de estos pequeños fraudes, sino también las inconsistencias de la enseñanza formal a través de sus propios absurdos, retórica y desvarío", explica González.
¿Cuándo tomó conciencia de ese cansancio que motivó el nacimiento del libro?
-Hay varios hitos, pero quizás fue una serie de constataciones tanto en mi experiencia académica como la de varios de mis cercanos, con relación a la avalancha de disparates burocráticos que ha recaído en los sistemas educativos. En un momento pensé que ese hartazgo no podía expresarse en el mismo lenguaje y formato, sino desde lo precario, desde esa artesanía plebeya que son los torpedos estudiantiles que en el fondo cuestionan y erosionan nuestras fórmulas de moldurar y decretar lo que se cree legítimo transmitir en nuestra sociedad y cultura. Porque entendí que el torpedo es eso: un exacerbado esfuerzo por esconder lo que no vale la pena encontrar.
O sea, pareciera que hay una secreta relación entre los torpedos y la poesía...
-Creo que sí. La poesía, como los torpedos, no son la respuesta, pero son los que pueden transformar en absurdas las preguntas.
¿Por qué le demoró tanto el proyecto?
-Me tomó 14 años, porque se fue convirtiendo en una obra muy compleja. En paralelo a la escritura de los poemas, tuve que ir documentando y creando los artilugios para esconderlos. Después tuve que confeccionar cada uno de ellos y, posteriormente, reproducirlos en un número de 350. Para ello, junto a Ricardo Mendoza de Kultrún, tuvimos que crear un libro muy difícil de producir: un volumen que contiene poemas-torpedos reales incrustados en su interior, más todas las imágenes de los poemas-torpedos que hice para esconder los 130 poemas, además de otro libro más pequeño escondido en el volumen mayor. Fue algo desmedido que, además, se acompañó de una exposición de todas las obras visuales en Valdivia y ahora en la galería Il Posto en Santiago, más la página web www.torpedos.online.