Digna Nauto Carrasco: Vive en el recuerdo de los suyos
El 10 de junio del año 2020 emprendió su último viaje doña Digna Nauto Carrasco (Q. E. P. D.), quien dejó un recuerdo imborrable como madre abnegada y regalona, esposa ejemplar, hermana, suegra y abuelita. Al momento de su partida tenía 74 años de edad. Ella nació el 16 de agosto de 1946 en el sector rural de Naguilán y fue la primogénita de cinco hermanos, hijos del matrimonio formado por Fernando Nauto y Bristela Carrasco, quienes también fueron padres de Héctor, Altidoro, Berta y Néstor. En los verdes parajes de Naguilán vivió parte de su niñez junto a sus padres y hermanos, rodeada de la naturaleza del sector, hasta que la familia se trasladó a Valdivia, donde ella realizó sus estudios primarios en el Colegio María Auxiliadora. El 18 de abril de 1969, Digna Nauto Carrasco contrajo matrimonio con don Fernando Henríquez Muñoz (Q. E. P. D.) y fueron padres de dos hijas: Bristela y Jéssica, con quienes formaron una hermosa familia y además sumaron a "Bella", una hija perruna a la cual ella llamaba "La guagua". La descendencia familiar se prolongó a cinco nietas: Deyannira, Anyelina, Lady, Deisy y Charlotte; y un nieto: Koda, además de sus yernos Luwing y Luis. La familia residió en el sector del Pelchuquín, en una propiedad a la cual ella se refería como "Mi paraíso". Digna Nauto Carrasco -según recuerdan sus hijas- fue una mujer esforzada y de carácter fuerte, con grande valores que hoy están presentes diariamente en las vidas de los suyos. Amante de su familia, fue siempre una mujer protectora de sus seres queridos. En el cuarto aniversario de su fallecimiento, su familia vuelve a recordar y homenajear "a esta gran mujer, a quien agradecemos infinitamente los valores entregados, el amor a la familia. La unión entre nosotros es por ellos, por todo lo que nos dieron y nos siguen entregando. Sigues presente aquí en el campito, en tu "Paraíso", un hogar que formaron a puro ñeque, con mucho amor y sacrificio. Sabemos que los que "viven" nunca mueren del todo, sólo se duermen por momentos y el sueño eterno es una excusa. Es por eso que para nosotros no estás muerta viejita linda, sólo descansas feliz junto a tu gran amor, nuestro papito". Agregan que "la muerte puede hacerte duro, pero todo es pasajero, todo pasará, el amor nunca morirá. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él". Doña Digna Nauto Carrasco emprendió su viaje eterno el 10 de junio de 2020, para volver a reunirse en el campo de Pelchuquín que tanto amaron junto a don Fernando Henríquez Muñoz, quien fue su esposo y el gran amor de su vida. Allí descansan sus cenizas, tal como fue su deseo final.
1969 fue el año en que Digna Nauto Carrasco contrajo matrimonio con Fernando Henríquez Muñoz. Las cenizas de ambos descansan en el que fue su campo, en Pelchuquín.