Voto obligatorio e inclusión
El debate respecto al voto obligatorio en la Cámara da cuenta de la desafección con la ciudadanía. No se puede negar que esta medida puede ser beneficiosa para la democracia y la representación política.
La participación en las elecciones venía descendiendo desde mediados de los 90. Con la inscripción automática y el voto voluntario establecido en 2009, se intensificó la distancia de una parte importante de los chilenos y chilenas con los procesos eleccionarios. En las presidenciales participaba menos de la mitad de las personas habilitadas, y el desplome se repetía en parlamentarias y municipales.
Aquellos que votaban con mayor frecuencia pertenecían a los sectores medios y acomodados con una adhesión política bien definida. Esto naturalmente provocó un círculo vicioso, las campañas y propuestas a eran para un segmento de la población, dejando de lado a los sectores de menos ingresos que no veían reflejadas sus inquietudes en la contienda democrática.
El voto obligatorio no cierra esta distancia automáticamente, pero es una medida que ayuda a disminuirla y obliga a la política a hacerse cargo de una diversidad social mayor que la representada con el voto voluntario. Además, la obligatoriedad del voto es coherente con nuestra historia democrática, que ha evolucionado desde el siglo XIX ampliando derechos hacia sectores que demandaban participación independiente de la renta, el género, el nivel de estudios y la dependencia laboral.
Es preocupante cómo el oficialismo ha cambiado su discurso basándose en cálculos electorales. Argumentan que obligar a votar es "antipobres", pero la realidad es que, en las elecciones con voto obligatorio, la participación se duplica y se incorpora a las personas más pobres al proceso electoral, otorgándoles una voz y un reconocimiento en nuestro sistema democrático.
Esta retórica, aunque parece benevolente, perpetúa una mentalidad asistencialista. Esta visión clasista considera a "los pobres" como una categoría aparte, sin reconocer que tienen la capacidad y el derecho de participar plenamente en la democracia.
Bernardo Berger Fett Diputado por Los Ríos