IPoM: Inflación contraataca
El Informe de Política Monetaria (IPoM) trajo noticias incómodas, en lo que a corto plazo se refiere (las de largo plazo las sabemos desde hace rato).
En efecto, se podría decir que tendremos menos crecimiento y más inflación de lo que pensábamos. Aunque respecto de lo primero -menos crecimiento- no es tan así, puesto que la nueva proyección de 2,3% está dentro del rango planteado por el Banco Central en su IPoM de septiembre (2,25-2,75%). Claro, el problema es que nos situamos en el piso de dicho rango, pero estamos dentro del escenario que había dibujado el ente rector en términos del acotado dinamismo que tendría la actividad económica.
Respecto de lo segundo -más inflación- efectivamente se constata un incremento de esta, confirmando que estamos atravesando una suerte de turbulencia inflacionaria.
Ahora el Banco Central proyecta cerrar este año con una inflación de 4,8%, es esto, tres décimas más de lo que había anticipado en septiembre. Y lo más preocupante, es que en cuanto a la inflación subyacente -IPC sin volátiles- la corrección es mayor, puesto que pasamos de un 3,9% a un 4,5%. Y esta es la medida que precisamente refleja con mayor certeza las presiones inflacionarias que hay en la economía.
¿A qué se debe este repunte? En particular, el Banco Central alerta sobre el incremento que han experimentado los costos laborales, el que se sitúa por sobre los registros históricos. Y dentro de las explicaciones que ofrece para esta situación, destaca el incremento en el salario mínimo -uno de los distintos cambios regulatorios implementados en el último tiempo-. En este punto debemos prestar mucha atención: las políticas implementadas en lo más reciente, han incrementado los costos laborales, aumentando la presión sobre los precios de la economía, y dañando la capacidad de generación de empleo de las empresas.
(...) Más allá de si estamos o no en una emergencia laboral, debemos tener cuidado con que las políticas que se implementan no estén dañando nuestro ya alicaído mercado del trabajo. La única manera de recuperar el dinamismo de este, es expandiendo la capacidad de crecimiento tendencial de nuestra economía. Esto permitirá generar más y mejores puestos de trabajo, y un incremento en los salarios reales de la población, sin poner en peligro la lucha contra la inflación… lucha, que como nos acaba de recordar el Banco Central, sigue más viva que nunca.
Rodrigo Montero Decano Facultad de Administración y Negocios, U. Autónoma de Chile
Enseñanza de lectura
En el contexto de la preocupación nacional por mejorar la calidad de la educación en Chile y en que se está definiendo el número de horas del plan de estudio de cada asignatura en el Consejo Nacional de Educación, queremos llamar la atención una vez más sobre la situación crítica de la comprensión lectora en nuestro país, ya evidenciada en tantos estudios.
En ese sentido, es fundamental mantener un mínimo de 8 horas pedagógicas semanales para la asignatura de lenguaje en 1º y 2º básico, a fin de poder dedicarle el tiempo necesario que se requiere para la enseñanza explícita de la lectura y escritura. Reducir esta carga horaria tendría un impacto directo en el desarrollo de una habilidad que constituye el pilar del aprendizaje futuro: la lectura.
Sabemos que, para que los niños adquieran una lectura autónoma y comprensiva, se requiere de tiempo diario de enseñanza y ejercitación explícita y sistemática, lo cual corresponde con lo establecido en el plan de estudios actual.
Este tiempo, sumado al que se dedica a trabajar otras habilidades relacionadas, es crucial para enfrentar una de las mayores debilidades de nuestro sistema educativo: el bajo nivel de comprensión lectora de los estudiantes.
Las 8 horas pedagógicas semanales no solo proveen de un espacio esencial para la ejercitación, sino también para fomentar la lectura como hábito de vida, desarrollar habilidades de expresión y argumentación, e insertarse en una gran diversidad de experiencias a través de la literatura infantil.
La lectura es el primer piso del edificio educacional y nuestra meta debería ser que al finalizar 2° básico todos los niños lean comprensivamente. Durante los primeros años de escolaridad, cada minuto dedicado a la lectura representa un ladrillo en la construcción de lectores autónomos y competentes, conocedores del mundo.
Si este tiempo no se garantiza en la escuela, difícilmente se recuperará en otro contexto. Estas horas actúan como un andamiaje indispensable para que los niños logren, más adelante, leer y comprender por sí mismos, aprender en las distintas disciplinas, insertarse en una sociedad letrada, como un ser reflexivo y un ciudadano consciente de sus deberes y derechos.
Invitamos a las autoridades y a toda la comunidad educativa a reflexionar sobre la importancia de priorizar la lectura en los primeros años de educación básica. Solo asegurando el tiempo y las condiciones necesarias para su enseñanza podremos avanzar hacia un Chile que realmente lea.
Directorio Ampliado Por un Chile que lee
Buses en la ciudad
Me alegra que buses como los de Santiago recorran Valdivia de manera gratuita, para los turistas. Creo que, entonces, debemos colaborar para que la ciudad que vean sea más bonita, limpia y ordenada de lo que está hoy.
C.S.W, vecina valdiviana