"Hay que desvincular la pena y lástima de la solidaridad y verla de otro modo..."
LABOR SOLIDARIA. Representante de la organización explica cómo desarrollan sus aportes en las calles y sectores rurales, promoviendo el apoyo mutuo desde una mirada comunitaria.
Hace ocho años, un grupo de voluntarios en Valdivia decidió unirse y organizarse para entregar alimentación y apoyo a las personas que se encuentran en situación de calle.
Así nació la ONG Inka Trafkin, que en mapudungun significa "amigo que ayuda a un amigo", nombre que hace referencia a la identidad, al reconocimiento de las raíces locales y al sentido de humanizar la calle bajo el concepto de amistad.
El Coordinador de Voluntarios y miembro fundador de la ONG Inka Trafkin Juan Pablo Cortés, explicó que la idea surgió junto a un grupo de amigos, pero abordando el tema desde una perspectiva comunitaria y siempre desde la autogestión.
"El objetivo principal era entregar cenas a personas que estaban en situación de calle. Aprendimos de proyectos anteriores y de algunas falencias que habíamos visto en temáticas de calle, y decidimos enfocarnos en el trabajo directo con las personas. Queríamos ser autogestionados e independientes, mejorando la calidad de vida de las personas, entendiendo la particularidad de cada una de ellas. Nunca hemos querido formar un albergue, sino trabajar más pequeño y según las necesidades específicas de cada persona", señaló.
Cortés, aclaró que el primer objetivo era hacer una Ruta Calle sencilla, con un aporte 100% ciudadano, alejado de la caridad y enfocado en un apoyo mutuo. "Queríamos que los vecinos de Valdivia vean a los que nosotros llamamos los "vecinos sin techo" y pudieran ayudarles. A nosotros, por ejemplo, nos auspicia una panadería que está en la Corvi, también personas que depositan a la cuenta corriente, a veces gente nos llama para entregar alimentos no perecibles, recibimos todo tipo de donaciones.
No buscamos algo caritativo, sino que sea solidario y de apoyo mutuo. Nosotros quisimos comenzar con eso, pero a lo largo del tiempo hemos visto diversas necesidades, tanto en salud mental, rehabilitación y capacitación".
¿Cuáles son los principales desafíos con los que se enfrentan?
-Muchas veces sucede que las personas no son vistas desde un punto de vista integral; se les encasilla. Sin embargo, si tienes una pequeña mediagua o algún otro tipo de necesidad, debes ir a otro programa o a diferentes lugares. Por eso, lo primero que hacemos es atender a la persona y, según sus necesidades, buscar los programas donde él o ella pueda acudir y vincularse para recibir la ayuda necesaria. Diría que nos enfocamos más en las necesidades de las personas, y no tanto al protocolo de los programas de este tipo de ayudas.
¿Qué necesidades han detectado?
-Al principio por ejemplo, no existía un albergue para mujeres, que las recibiera y afortunadamente, hoy existe uno. Hace algún tiempo también había problemas con el tema de las mascotas, ya que no podían entrar con ellas a los albergues. Actualmente, hemos trabajado en eso y logrado que en algunos lugares se permita el ingreso con sus mascotas. Entonces, cada vez hemos ido ampliando un poco estos trabajos y asesorando a entidades municipales o gubernamentales para que puedan expandir los programas y, así, más personas puedan beneficiarse de los servicios disponibles.
¿Cómo ha sido el impacto en las personas que pueden acceder a la ayuda que ofrece la ONG?
-Afortunadamente, hemos tenido amigos en situación de calle que hoy en día ya no están en la calle. Esto no es solo un trabajo nuestro, sino que lo hemos podido lograr trabajando en conjunto con diferentes programas. Sin embargo, hemos logrado que algunas personas dejen la calle, y pasen a tener una mejor calidad de vida. Hace poco, recibimos una carta de un amigo que está en Puerto Montt, ya trabajando como monitor de una residencia.
Hay personas que nos escriben, contándonos su nueva vida en otras ciudades. También tenemos una experiencia de una voluntaria nuestra que estuvo en situación de calle y hoy en día es una voluntaria que tiene una vida completamente tradicional y normal. Estos son pequeños logros, pero para nosotros son profundamente significativos.
Además, es importante valorar que, aunque la persona no deje la situación de calle, pueden haber mejoras significativas en su calidad de vida. Por ejemplo, se logra aliviar las noches de soledad, mejorar la alimen-