"No creo en lo paranormal, soy súper escéptico..."
El académico y escritor Jesús Diamantino explora la "psicofonía del infierno" en su nueva novela, "Demoníaco", sobre una grabación hecha en España que vaticina la muerte de un diplomático chileno.
El agregado cultural de Chile en España, en 1985, Demetrio Iturrieta, es invitado a una fiesta de Halloween en una lujosa casona, donde "su disfraz se limitaba a un antifaz rojo y a una capa de seda negra", como en la película "Ojos bien cerrados", de Stanley Kubrick, describe el escritor y académico de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI) Jesús Diamantino ("Rural"), sobre la historia que da origen a su más reciente novela, "Demoníaco".
Iturrieta es un cineasta que pausó su carrera en las artes por el servicio exterior, donde lo invitan a la grabación de una psicofonía, es decir, de voces que vendrían desde el más allá. Ocurre en la casona de un investigador de temas oscuros, que falleció en el mismo subterráneo donde se da la reunión en que el diplomático "intentó incorporarse y luchar contra el asedio caótico de las voces y ruidos de aquella 'otra naturaleza' que se introducían en su cabeza como puñales. Fue en medio de ese martilleo vertiginoso cuando se coló con claridad el alarido de un hombre, prácticamente un aullido animal: ¡Me ahogo! ¡Me ahogo! entre el clamor de campanas y cantos abominables".
El chileno luego muere en extrañas circunstancias, tal como la familia de Ezra Belasco, otro cineasta nacional a quien en agosto de 2025 una viuda de un pariente del diplomático, cuyo esposo falleció aparentemente por un ataque cardíaco mientras escuchaba la grabación de la "psicofonía del infierno", le pide que investigue el audio y él responde que desea hacer un documental.
"Todos mis libros se basan en investigaciones. Yo no me demoro mucho en escribir, lo mío es la narrativa breve, me gusta como formato la nouvelle (narración entre el cuento y la novela), pero, si bien me demoro poco en escribir, me demoro mucho en investigar, meses, incluso hasta un año estoy investigando para mis proyectos", agrega el también autor de "Los que susurran bajo la tierra", cuya área "de investigación en la universidad es la estética del horror" y sus clases son de literatura creativa y oratoria. En estas últimas clases se mezclan estudiantes de psicología, ingeniería comercial, derecho, entre otras disciplinas.
-¿Cómo fue tu camino para llegar a la "psicofonía del infierno"?
-La conozco desde hace muchos años, cuando surgió YouTube, alrededor de 2007, hubo una moda de grabar supuestos sucesos sobrenaturales o paranormales. De hecho, películas como "Actividad paranormal" son una especie de proyección de esa moda, tendencia en la que comenzaron a editarse y a subirse registros antiguos de supuestas grabaciones paranormales: ahí se filtró esta grabación que hizo Germán Argumosa, un parapsicólogo español en 1985, es muy famoso, y yo la escuché solamente porque me gustan estos temas... Mira, acá un poco lo que conflictúa con esta novela, es que yo no creo en lo paranormal, soy súper escéptico, entonces todo esto lo miro con una distancia muy grande, me llama la atención, lo encuentro muy entretenido, muy interesante, pero, la verdad, no creo mucho en esto
-¿No sientes cosas raras en tu día a día?
-Hay muchas, pero siempre intento darles algún tipo de explicación, o sea, te mentiría si te dijera que jamás he notado cosas extrañas. (...) Me gustan los tours paranormales, me encanta escuchar casos de misterio, me fascinan, para mí son narrativas que disfruto mucho, pero no creo en ellas y, en este caso, la "psicofonía del infierno" se hizo muy popular en un momento y quedé fascinado, en 2007, siempre la tomaba en algún momento, y cuando comencé a escribir siempre la tuve en cuenta para algo, ya sea una novela, un cuento
-¿Cómo fue la construcción del protagonista, Ezra, y sus conflictos internos?
-No tiene nada que ver conmigo (sonríe). En algún momento pensé si alguna vez tengo un hijo me gustaría ponerle Ezra, porque me encanta ese nombre, y después descubrí que tiene un valor simbólico para la cultura judía, donde es el líder que supuestamente lleva al pueblo a un esplendor (lo que en la novela queda de manifiesto en el descubrimiento de símbolos en una casa destinada a rituales. Ezra en el texto) principalmente se construye como un homenaje al detective decadente de la literatura policial, depresivo, sin mucho sentido en su vida, que atraviesa pérdidas, traumas, (...) es esa depresión, esa sensibilidad lo que lo lleva también a tener cierta conexión con este mundo o esta dimensión oscura, porque otra persona común y corriente odiaría el mal.
-Y su esposa, Ardelia Couve ¿es por el pintor y escritor Adolfo Couve ("Cuando pienso en mi falta de cabeza")?
-Me encanta Couve, es uno de mis referentes literarios y no lo digo mucho porque siempre me hacen hablar de terror. (... El nombre de la personaje) es un cierto homenaje también, la idea de la playa, el suicidio, el sol, el mar, el ruido de las aves. A Adolfo Couve lo conocí en mi adolescencia: mi papá trabajaba en la Vega Central (Región Metropolitana) y antes había un sector donde se ponía una especie de feria de las pulgas, donde vendían libros viejos, raros, y en eso encontré una edición de "La comedia del arte" y me la compré porque me encantaba leer y leía de todo. Más tarde, cuando entré a la universidad supe que era un autor reconocido, importante, y empecé a leer más cosas suyas.
-¿Fuiste a Cartagena (Valparaíso) en invierno, como hacía el autor?
-Sí, por supuesto. Es uno de mis autores que está ahí, atesorado, no hablo mucho de él, como por ejemplo, de Marcel Proust ("En busca del tiempo perdido"), que es uno de mis escritores favoritos: no hablo mucho de ellos porque me he acostumbrado de cierta manera a enfocar todo en el mundo del terror, pero hay un montón de cosas, algunas inconscientes, sin duda, como la forma de narrar de Proust, me encanta y por eso en mi en mi novela probablemente (se dan) todos estos cruces temporales no me gusta la narrativa lineal, incorporo mucho la idea del de la memoria, los personajes recordando constantemente, como que mi focalización está puesta siempre en la descripción de un personaje, pero en función de cosas que le han pasado y todo eso es muy proustiano.
"Me demoro mucho en investigar, meses, incluso hasta un año estoy investigando para mis proyectos", dice el autor.
"Demoníaco"
"Demoníaco"
Jesús Diamantino
Minotauro
148 páginas
$17 mil