Pese a que la obra gruesa del puente Cochrane parece lejos de iniciar su construcción, el primer paso para poder concretar el proyecto concluyó su ejecución a mediados del año pasado. Se trata del traslado de la Casona Lopetegui-Mena, inmueble que representaba un obstáculo en el trazado del viaducto. Las faenas para reubicar el histórico edificio, construido en 1860, comenzaron en febrero de 2024 e inicialmente se proyectaban tres semanas de plazo para concluir con los trabajos. Sin embargo, el hallazgo de restos arqueológicos en el último tramo provocó un retraso en las faenas, cuya labor demandó finalmente una inversión 1.400 millones de pesos. La casona tiene una superficie de 508 metros cuadrados, un peso estimado en 180 toneladas y en total recorrió 80 metros en cuatro etapas de movimiento. El inmueble fue trasladado a través de un sistema hidráulico con máquinas llamadas Tirfor, que funcionan de manera manual y se accionan con palancas. La infraestructura patrimonial respondió de buena manera y ahora se alista para un proceso de restauración y luego formar parte del denominado "Parque Jardín Los Canelos", recinto público que tendrá acceso oriente desde el futuro puente Cochrane.